Las ciudades pueden salvar al tigre
El parón demográfico y la migración del campo a la ciudad están dando una oportunidad a los tigres

El tigre, Panthera tigris, parecía condenado a la extinción. Había desaparecido de Bali en los años 50 del siglo pasado, de la isla de Java en los 70 y de Asia central a finales de los 80. Donde aún sobrevive, se redujeron al mínimo tanto su número como rango geográfico: en 2010 los tigres ocupaban el 0,5% del territorio que tuvieron en el pasado y su población era de unos 3.200 ejemplares, frente a los 100.000 de inicios del siglo XX. Todo indicaba que en unas décadas solo sobrevivirían en los zoos. Sin embargo, desde 2016 se está produciendo una lenta recuperación que podría acelerarse a lo largo del siglo gracias, por una vez, a los humanos.
Dinámicas propias humanas están dándole una oportunidad al tigre. Es lo que indica un reciente estudio de investigadores de la Sociedad para la Conservación de la Vida Salvaje (WCS, por sus siglas en inglés) y dos universidades de EE UU. El trabajo señala que, además de los grandes esfuerzos de conservación en curso para salvar al gran felino asiático, recientes e incipientes cambios en la demografía de los asiáticos podrían estar ayudando.
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